Hace unas semanas preguntaba en una encuesta por Instagram stories si conocíais la diferencia entre cosmética natural y ecológica y el 86% no lo teníais claro y es normal que eso ocurra porque, para empezar y a diferencia de lo que pasa con la alimentación, no existe una normativa europea sobre cosmética natural y/o ecológica. Lo que implica que cualquiera pueda utilizar los términos “natural”, “ecológico”, “eco” o “bio” en la etiqueta de un cosmético sin que los ingredientes que contiene lo sean o con unos ingredientes que un organismo certificador nunca consideraría como naturales o ecológicos porque no cumplen los requisitos.
No existen leyes europeas (y tampoco en USA) pero sí existen normativas privadas que regulan este tipo de productos y que han sido desarrolladas por certificadoras, asociaciones, fabricantes o algún otro tipo de agente del sector. Estas normas deben estar publicadas para que cualquier consumidor las pueda consultar.
Una de estas normas privadas es la COSMOS (COSMetic Organic and Natural Standard), que se lanzó al público en 2008 y entró en vigencia en enero de 2010. Esta norma establece los requisitos mínimos comunes para la certificación ecológica y natural en Europa y fue creada por cinco sellos certificadores: BDIH (Alemania), Cosmebio (Francia), Ecocert (Francia), ICEA (Italia) y Soil Association (Reino Unido). Cada uno de estos sellos certificadores tiene sus propios estándares individuales, los cuales pusieron en común en esta norma COSMOS.

Pues bien, partiendo de los principios establecidos por los diferentes sellos y según la norma COSMOS, se puede decir que…
Un cosmético es natural cuando:
- La mayor parte de los ingredientes son naturales o de origen natural. Estamos hablando de un mínimo del 90%.
- No se incluyen materias primas, especialmente compuestos químicos, sobre los que existen dudas sobre su inocuidad para el medio ambiente o la salud de las personas.
- Se utilizan procesos de transformación y elaboración respetuosos con el medio ambiente.
- Se permiten ingredientes de origen animal siempre que no sean derivados de animales amputados o sacrificados específicamente para la elaboración del cosmético.
- No están testados en animales ni el producto final ni ninguno de sus ingredientes.
- No se admiten ingredientes ni procesos que impliquen el uso de tecnologías controvertidas como organismos modificados genéticamente (OGM), nanotecnología o irradiación.
- Se suelen utilizar embalajes eco-responsables, reciclados y/o reciclables.
Y es ecológico cuando:
- Como mínimo el 95 % de los ingredientes vegetales/animales que contiene son ecológicos, es decir, que cumplen el Reglamento CE 834/2007.
- Hay como mínimo un 20 % de ingredientes ecológicos en la fórmula en total (10 % en el caso de los productos que deben enjuagarse o en los que el 80% de los ingredientes son de origen mineral).
El agua y los minerales no se consideran ecológicos ya que no provienen de la agricultura. Por eso, un producto no se podría considerar 100% ecológico si contiene estos ingredientes, cosa que en el caso del agua es muy común ya que es el ingrediente principal en muchos cosméticos.

Certificación en cosmética
Además de los requisitos mencionados anteriormente, para que un sello certifique un producto como ecológico, se tienen en cuenta estos otros aspectos:
- No puede contener ingredientes que no están permitidos en cosmética ecológica, que normalmente son petroquímicos, parabenos, siliconas, PEG, fenoxietanol, aromatizantes y colorantes sintéticos.
- La transformación de la materia prima y todo el proceso de fabricación ha de seguir una “química verde”, es decir, evitar la contaminación, usar materias primas fácilmente renovables, reducir el consumo energético (por ejemplo potenciar las reacciones a temperatura ambiente) y asegurar que los productos químicos usados en la reacción pueden ser degradados después de su uso.
Puede que te hayas fijado que cuando compras un alimento ecológico siempre lleva un sello certificándolo como tal en la etiqueta. Sin embargo, en cosmética cada vez encontramos más productos con un alto porcentaje de ingredientes naturales y/o ecológicos pero el producto no está certificado como tal. ¿Por qué ocurre esto? Uno de los motivos principales es económico.
Conseguir la certificación es un proceso largo y caro ya que hay mucho trabajo detrás. La entidad certificadora tiene que analizar mucha documentación que le debe proveer la empresa que quiere certificarse, información sobre las materias primas, por ejemplo, su procedencia, si estas también están certificadas como ecológicas, etc. Además, los técnicos deben visitar las fábricas y laboratorios para asegurarse que todo el proceso de fabricación cumple los estándares, verificar como es el envasado y etiquetado e incluso se tiene en cuenta con qué productos se lleva a cabo la desinfección de las instalaciones.
Además, el organismo controlador y certificador debe estar auditado por otro organismo para asegurarse que el sello certificador es independiente, con lo cual esto también repercute en el precio de la certificación. En España ENAC es una de las entidades que hacen estas auditorías.
Aún así, hay marcas que apuestan por conseguir el sello de certificación ecológica y/o natural porque eso también le da valor añadido a sus productos, es una forma de diferenciarse de la competencia y una garantía y forma de dar confianza a los clientes, para que estos sepan que sus productos cumplen unos requisitos.

Ahora bien, ¿quiere esto decir que no se pueda confiar en los productos que no tienen el sello certificador? Desde mi punto de vista, no es así. Existen muchas marcas de cosmética natural en el mercado que utilizan muy buenas materias primas y que tienen muy en cuenta criterios de sostenibilidad a la hora de elaborar sus productos.
Para mi tiene mucho que ver la confianza que tengas con esa marca y lo transparente que sea con sus clientes. Por ejemplo, si una marca indica en el INCI de sus cosméticos que un alto % de ingredientes son ecológicos, no debería tener problemas en demostrarlo cuando un cliente se lo pida.
Por otro lado, también es verdad que hay muchas marcas que aprovechando el auge de la cosmética natural intentan engañar al consumidor con falsos claims en sus etiquetas y publicidad, haciendo creer que un producto es natural cuando no lo es. Así que mi consejo es que te fijes muy bien en las etiquetas y estés bien informado para que no te puedan engañar. Espero que este post te sirva, al menos, para eso.
Me gustaría saber si este post te ha sido útil para entender un poco más la diferencia entre natural y ecológico en cosmética. Me encantará leer tu comentario al respecto. Y si tienes alguna duda sobre algún producto en concreto o sobre alguna marca, déjame también un comentario para que te pueda ayudar.
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