
Desde hace un tiempo, los peelings químicos se han puesto muy de moda. Antes estaban destinados a uso estético y médico, pero desde hace unos años las marcas han lanzado al mercado muchos cosméticos de uso doméstico que incluyen este tipo de principios activos, lo que puede tener sus riesgos.
En este post te cuento qué son los peelings químicos, qué tipos existen, cuál es más adecuado para cada tipo de piel y problemática y todo lo que debes tener en cuenta antes de utilizar.
QUÉ SON?
Son peelings a base de ácidos. Estos ácidos hacen una exfoliación profunda y eliminan parte de la epidermis, forzando así a la piel a regenerarse rápidamente porque ha quedado desprotegida. De esta manera se consigue atenuar líneas de expresión y arrugas, difuminar marcas y manchas y limpiar poros en profundidad.
Dos aspectos a tener en cuenta son el pH y la concentración. Los que son de uso estético no pueden tener un pH inferior a 1,5 y la concentración máxima variará según el tipo de ácido. Un pH de 1,5 ya es muy bajo, piensa que el pH de la piel de nuestra cara suele estar alrededor de 5,5.
CLASSIFICACIÓN
- Alfa-hidroxiácidos (AHA): son hidrosolubles, es decir, se disuelven en agua y por tanto no serían los más adecuados para pieles grasas.
- Glicólico: los más conocidos. Es el que tiene la molécula más pequeña y, por tanto, más capacidad de penetración y de causar irritación. Se utiliza para regenerar la piel y suavizar arrugas y líneas de expresión. Proviene de la caña de azúcar.
- Tartárico: tiene propiedades antioxidantes y es adecuado para pieles desvitalizadas. Proviene de la uva.
- Cítrico: es antioxidante, despigmentante y aporta luminosidad. Es un derivado de los cítricos.
- Láctico: suaviza la piel y ayuda a difuminar manchas. Proviene de la leche. Forma parte del factor natural de hidratación.
- Mandélico: derivado de la almendra. Penetra más lentamente en la piel y por eso irrita menos y es adecuado para pieles sensibles. También es bactericida y, por tanto, adecuado para controlar el acné y difuminar las marcas que este haya provocado.
- Málico: derivado de la manzana. Recomendable para pieles sensibles. Mejora la suavidad, firmeza y luminosidad.
- Beta-hidroxiácidos (BHA): son liposolubles, es decir, tienen una estructura lipídica que hace que puedan penetrar en la piel a través de los folículos sebáceos y están especialmente indicados para pieles grasas y acneicas. El más conocido es el ácido salicílico, proveniente del extracto de sauce, que penetra dentro de los poros, los desobstruye y tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
- Poli-hidroxiácidos (PHA): tienen propiedades similares a los AHA pero irritan menos.
- Gluconolactona: es un componente natural de la piel y sintéticamente se obtiene del maíz. Tiene un alto poder de hidratación, es antioxidante, suavizante, cicatrizante, reafirmante y refuerza la función barrera.
- Ácido lactobiónico: se obtiene de la oxidación de la lactosa. Está indicado para todo tipo de pieles y especialmente para pieles muy sensibles (rosácea, dermatitis atópica). Es antioxidante, aumenta la absorción del agua de la piel, estimula el recambio celular y promueve la cicatrización de heridas y aumenta el grosor de la piel ya que estimula la síntesis de glicosaminoglicanos, colágeno y mejora la calidad de las fibras de elastina.
- Otros ácidos:
- Azelaico: forma parte del grupo de ácidos carboxílicos y deriva del centeno, el trigo y la cebada. Es antiinflamatorio, antibacteriano, antiseborreico y despigmentante. Por eso es muy adecuado para tratar rosácea y acné y las marcas y manchas que este puede ocasionar.
- Pirúvico: es un alfa-ceto presente en la naturaleza en manzanas, fruta fermentada y vinagre. Tiene un tamaño de molécula pequeña, por lo que tiene mucho poder de penetración. Tiene efectos bactericidas, antioxidantes y despigmentantes y estimula la producción de colágeno y elastina. Está indicado para pieles asfixiadas, con acné, manchas o envejecidas.
- Ferúlico: se encuentra en las paredes celulares de las plantas, ciertas bacterias y hongos. Es un gran antioxidante y aliado contra el envejecimiento. Algunas marcas de cosmética lo combinan con vitamina C pura para aumentar el poder antioxidante.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA ANTES Y DESPUÉS DEL PEELING
Antes del peeling no te exfolies la piel ni utilices cosméticos con ácidos o retinol ni hagas una exposición solar.
Después del peeling, hidrata mucho la piel, no te expongas al Sol, utiliza protector solar, no tires la piel que se descama y no utilices ningún cosmético exfoliante.
Durante los meses de más radiación solar, de mayo a octubre, no se deberían realizar este tipo de peelings.
ADVERTENCIAS SOBRE EL USO DE ÁCIDOS
Tal como comentaba al inicio de este post, el uso doméstico de ácidos se ha puesto muy de moda pero esto puede tener un gran riesgo. El uso continuado de ácidos puede provocar la destrucción de la barrera de protección de la piel y, por tanto, deshidratación crónica, sensibilización de la piel, más permeabilidad al paso de bacterias y, por tanto, riesgo de infecciones y un afinamiento excesivo de la piel.
Como puedes ver, no es un producto inocuo con el que puedes experimentar porque te lo ha recomendado una amiga, una revista o una influencer. El uso de ácidos siempre debe estar aconsejado y pautado por un profesional. Muchos de los beneficios que proporcionan los ácidos también se pueden conseguir con otros cosméticos y tratamientos no agresivos, por tanto, antes de hacer experimentos, consulta a tu esteticista o dermatólogo.
Y tú, utilizas cosméticos con ácidos? Conocías las consecuencias que puede provocar un mal uso? Déjame tu comentario si tienes cualquier duda 😉
Deja un comentario